22.11.08

Adiós Melgue.


Se fue para siempre mi querida compañera de estos últimos años.

Gracias por estar a mi lado todo este tiempo...

por tu inmenso cariño y fidelidad...

por hacerme sentir bien cuando estaba triste...

y por compartir con entusiasmo mis alegrías.


Te echaré de menos.


Adiós mi amor.


19.11.08

Vuelta a la levitación


La pasada semana estuve trabajando en Madrid y aproveché la coyuntura para visitar queridos amigos que residen en la capital, pasear por el rastro en un bellísimo, soleado y fresco domingo de otoño, volver a experimentar sensaciones ya un tanto olvidadas como internarme en el metro, pasear por la cosmopolita Gran Via o sentirme atrapado en la vorágine del tráfico madrileño.... y es que para un reciclado asturiano de pueblo todo esto sí que es puro exotismo.

También, por supuesto, experimenté nuevamente la alucinante sensación de levitar sobre la granítica roca de la mágica Pedriza. ¡qué sensación más excitante superar las lisas placas de perfecto granito! y que diferente de la cotidiana caliza asturiana.

En el atlético mundo de los escaladores, en general la adherencia no goza de buena prensa, ni de excesivos seguidores. A mi, en cambio, me apasiona esa sensación de continua precariedad apoyado únicamente en la goma de los pies de gato y sin la posibilidad de utilizar los trabajados brazos para evitar caer si no somos capaces de movernos con precisión y templanza sobre la granulada superficie.

Y que decir del entorno, ese embriagador mundo de colores, olores y naturaleza en estado puro: el intenso olor de la jara y el tomillo, el ingrávido vuelo del buitre sobre nuestras cabezas, la inverosímil posición de la cabra montesa sobre las sugerentes formas graníticas, los cantos de los mil tipos de pequeños pájaros que revolotean a nuestro alrededor, ...

Escalar bajo un azul intenso apurando hasta que llega la noche y retornar a la casa embelesados con la visión del fascinante crepúsculo.

La Pedriza, un frágil y pequeño paraíso acosado por la voracidad de los humanos.



17.11.08

La estación particular.

Sábadu 8 de Payares.

Ainda tan pesllaes les estaciones d'esquí magar que nes cumes de la Cordelera Cantábrica el blancu de la ñeve ye la color dominante nel montañosu paisaxe astur.

Les máquines pisaran les pistes dexándoles iguaes pa la próxima inauguración de la temporada d'esquí... de pista... porque los esquiadores de montaña ya fiximos la nuestra particular inauguración de les estaciones.

Nel Puertu Braña, Conceyu d'Ayer, na nomada "Estación Invernal Fuentes de Invierno" nun s'oyíen glayíos d'esquiadores, nin música al altu la lleva, nin se víen movese les telesilles,.... namás grupinos d'esquiadores que con rixu xubíen foqueando pasu ente pasu poles vacies pistes pa darréu amiyar esnidiando coles fráxiles tables de travesía per unes ablucantes y perfeches "pistes particulares".


6.11.08

Contrastes.


Durante esta semana estoy recibiendo un curso de los nuevos equipos Nokia que la empresa en la que trabajo está instalando para dar cobertura en toda España de la red UMTS.



El profesor, italiano, se pasa la mañana entera explicándonos en una peculiar lengua mezcla de español, inglés e italiano todo tipo de conceptos técnicos aplicados a la telefonía móvil. La ventaja de trabajar en un sector en continua evolución es que te mantiene en una eterna fase de aprendizaje.

A las 14:30 h. finalizan las clases y salgo disparado de la oficina, conduzco hasta mi casa, me cambio de ropa, agarro los esquíes y no paro hasta el puerto.

Cuando me calzo los esquíes y comienzo a deslizarme por la nieve todos esos pensamientos que me suelen acompañar mientras estoy en la oficina o conduciendo, acerca de cuestiones de trabajo...de si los gastos aumentan... de si mi coche está muy viejo,...desaparecen de mi mente.



La desconexión de mi cerebro es total y mientras rítmicamente noto como mis músculos se tensan y mi corazón se acelera, comienzo a sentir con tremenda fuerza la vitalidad que me trasmite la poderosa naturaleza que me rodea.





Siento el viento en el rostro y el frío entrando por mi garganta, observo fascinado las nubes colgadas de las cumbres más agrestes, me sigo asombrando de la extraordinaria belleza de los mil grises que cubren el cielo, ..., y cuando tras llegar a la cumbre y preparar los esquíes para la bajada comenzamos el frenético y excitante descenso, la sensación de felicidad es absoluta.






Al anochecer llegamos al coche cansados pero con las pilas totalmente recargadas para nuestra vuelta al mundo real.




Poco después, en Oviedo, es el momento de deleitarse con el sabor de una buena cerveza y el afecto de los amigos.

Que cantidad de contrastes para un sólo día de nuestras vidas....

1.11.08

La primera bajada


En el último día del mes de Octubre me levanté temprano, preparé un café que impregnó toda la cocina con su intenso olor y me dispuse a desayunar cuando mirando hacia el sur, tras varios días de vehemente lluvia y frio, por fin en un nítido día se apareció frente a mí el Picu Brañavalera totalmente nevado como sólo ocurre en los mejores días del invierno.

Con nerviosismo rebusqué entre el material y con bastante esfuerzo localicé todo mi equipo de esquí de montaña que tras varios meses de inactividad se escondía en el fondo de las estanterías.

Mientras remontaba la carretera vertiginosa que lleva al Puertu Payares las montañas se manifestaban cada vez más esplendorosas.



El coche me encamina directo al Brañiḷḷín, no hace mucho tiempo una bucólica braña donde mi padre de niño cuidaba el ganado y ahora una estación de esquí denominada Valgrande-Pajares, lugar habitualmente lleno de gente y ruido pero que hoy, todavía cerrada, es un lujo sólo para mí.



Ansioso me calcé las botas de travesía, cuidadosamente coloqué las pieles de foca en las tablas y comencé a deslizarme sobre una magnífica y abundante nieve.


Volví a sentir esas fantásticas sensaciones un poco olvidadas ya: el esfuerzo de la trabajosa subida, el frío en la cara, el vértigo de la bajada,... la montaña mostrándonos su cara más indómita, más agreste, más febril, más viva.





Y así, inusualmente pronto, queda inaugurada la temporada de esquí.