28.7.09

La Negra.

Es el paradójico nombre de la vía que Carlos, Montse y yo hicimos este sábado resplandeciente en las blanquecinas Peñas del Prado.






Fue un bonito día de escalada, otro más, por un aereo pilar que recorre esta pared de excelente roca caliza tan abundante en el plácido valle leonés de Arbás.

El día fue caluroso pero no en exceso, la escalada entretenida, estimulante, bella...



































... y la compañía muy grata.

Con buenos amigos y sin dolor en los codos que bien sienta escalar. Y el domingo a "quirosear" un poco.



21.7.09

Secando.


Ya eran muchos los días con la humedad metida en el cuerpo. Mi piel pedía calor, mis ojos querían luz. Lo que llevamos de verano está siendo demasiado nublado incluso para un asturiano de pro como yo.

Deseaba pasarme unos días con auténtico calor, con un sol omnipresente y sin la compañía de las nubes.

Sentarme a la sombra de un árbol con una buena lectura en las manos, beberme una cerveza helada, pasear al atardecer sin tener que abrigarme, ... pero también escalar un poco y entrenar para la temporada de esquí austral dándole a la BTT y corriendo por la montaña.

Y para todo eso y mucho más, mi lugar sigue siendo y siempre será La Pedriza.

Allí los veranos son calurosos y secos, pero los atardeceres son frescos y la luz especial. No es época propicia para la escalada de adherencia pero aún así Olga y yo disfrutamos con los pies de gato en las paredes que hay en los alrededores de nuestras casas.

Y muy cerca, al pie del Pico Peñalara, junto a su laguna de origen glaciar, a 2.000 metros de altura las temperaturas son más suaves y hay suficiente roca para pasarlo muy bien trepando por sus paredes graníticas cacharreando con el juego de aliens y camalots.







Pilotar mi BTT por las cañadas que atraviesan las extensas dehesas de esta parte de la Sierra Madrileña es un auténtico gozo. Otro más.

Pistas amplias y suaves que te permiten subir sin echar los hígados y bajar largas pendientes a ritmo frenético.






Y siempre con la irrepetible Pedriza como marco inmejorable.

11.7.09

Seguimos corriendo.


La lesión en los codos que me persigue desde hace ya unos meses aún no me deja escalar con normalidad.

Así que me tuve que buscar alguna actividad alternativa que me mantuviera activo y relajado.

Correr por la montaña es una de las opciones que más me sigue motivando.

Muy cerca de mi casa, subiendo por una típica carretera de montaña astur, estrecha y sinuosa, está el Altu' l Cordal que separa los Conceyos de Ḷḷena y Riosa. Allí aparco el coche, me calzo las zapatillas y salgo corriendo por una pista guapísima que me lleva en un continuado sube-baja rompepiernas hasta el Picu Llosoriu.


Esta hermosa cumbre en pleno corazón de "Les Cuenques Mineres" domina los valles de Mieres, Morcín y Riosa.

El paisaje, como siempre en Asturies, es espectacular.



Bosques de robles, castaños y hayas, prados verdes, ganado pastando, valles profundos, cumbres abruptas, aldeas recónditas...



Y yo además de disfrutar del paseo y las vistas entreno para el esperado instante en que me calce los esquís de telemark......en el otro hemisferio.