26.2.12

Una mañana cualquiera.



Me levanto con parsimonia, el café recién hecho impregna toda la casa con su intenso olor  y yo, todavía con un solo ojo abierto, arranco el ordenador y miro en la webcam como anda el tiempo por la cordillera.

Hoy amaneció un radiante día invernal. Y no trabajo hasta la tarde.....

Me espabilo súbitamente, agarro el equipo de esquí de travesía, lo meto en el coche y me  acerco hasta las espléndidas montañas que se encuentran próximas a mi casa para gozar de alguna bajada elegante.




 







Por ser algo habitual, casi rutinario, creo que a menudo no soy consciente de la enorme fortuna que tengo al poder deleitarme con un descenso apoteósico desde una hermosa cumbre, un día cualquiera, de una semana cualquiera, de esta vida que procuro vivir con la mayor intensidad posible.




19.2.12

Llegó.

Días luminosos, soleados y fríos.

Montañas Cantábricas cargadas de nieve.

























 








Al fin llegó el Invierno en toda su plenitud.

11.2.12

Sensaciones invernales.


Al fin volví a experimentar esa intensa sensación que me produce el viento helador golpeándome la cara mientras avanzo sobre mis esquíes abriéndome huella entre la nieve polvo.

Los bosques exultantemente inmaculados.

Las cumbres azotadas por la ventisca.

Con los dedos entumecidos por el frío despegamos las pieles de foca y las guardamos con dificultad en la mochila. Nos colocamos el casco, ajustamos las botas y las fijaciones y nos lanzamos,pletóricos, por la ladera de la montaña casi a tientas, plenamente sumergidos en la niebla.

A principios de Febrero, éstas ya deberían ser sensaciones familiares, pero no en esta temporada invernal extrañamente seca y cálida.

Al menos hasta ahora.......