Me levanto con parsimonia, el café recién hecho impregna toda la casa con su intenso olor y yo, todavía con un solo ojo abierto, arranco el ordenador y miro en la webcam como anda el tiempo por la cordillera.
Hoy amaneció un radiante día invernal. Y no trabajo hasta la tarde.....
Me espabilo súbitamente, agarro el equipo de esquí de travesía, lo meto en el coche y me acerco hasta las espléndidas montañas que se encuentran próximas a mi casa para gozar de alguna bajada elegante.
Me espabilo súbitamente, agarro el equipo de esquí de travesía, lo meto en el coche y me acerco hasta las espléndidas montañas que se encuentran próximas a mi casa para gozar de alguna bajada elegante.
Por ser algo habitual, casi rutinario, creo que a menudo no soy consciente de la enorme fortuna que tengo al poder deleitarme con un descenso apoteósico desde una hermosa cumbre, un día cualquiera, de una semana cualquiera, de esta vida que procuro vivir con la mayor intensidad posible.