28.9.12

Volcán Chillán Nuevo. Retorno al invierno



Llego la hora de la despedida. Aitor y Esti volvían a la deprimente Europa. Pero no fue triste porque no es un adiós, es un hasta pronto.

Mientras aguardaba la llegada de Karlos y Txefo recorrí Santiago y Valparaíso: Visite el Palacio de La Moneda y le presenté mis respetos a Salvador Allende, caminé La Avenida Alameda inmerso en la multitud festiva y despreocupada, comí en el Mercado Central entre la algarabía de vendedores y clientes, me senté a disfrutar del espectáculo vital de La Plaza de Armas, subí en ascensor a los empinados barrios de la caótica e inverosímil Valparaíso literalmente colgados de los cerros sobre la hermosa bahía,...turismo urbano al que no estoy muy habituado pero también indispensable cuando se viaja.

Juntos bajamos a la región del Biobio. Llegamos a Chillán cuando el invierno retornó. 

Termas de Chillán es un centro invernal con fama de poseer una de las mejores nieves de Chile y nosotros pudimos catar una porción de su afamada nieve polvo.

Alcanzamos la cumbre del Volcán Chillán Nuevo sumergidos en la espesa niebla y bajamos con una espléndida nieve polvo que nos hizo sentirnos plenamente saciados.



15.9.12

Chiloé

 
Mientras recorríamos el camino del Sur a medida que íbamos ascendiendo volcanes nos acercábamos cada vez más a la mágica tierra donde habitan los chilotes. Un lugar del que todos los chilenos hablan con admiración.

Un archipiélago de verdes intensos y grises profundos como mi tierra astur. Aunque sin montañas. Allí la fuerza la transmite el vigoroso Océano Pacífico.

Chiloé es una tierra de tradiciones ancestrales, de gentes afables, de bellezas naturales, de brumas y lluvias,  de mitos y leyendas. Merecía la pena cruzar el Canal de Chacao que separa el archipielago del continente y adentrarnos en estas islas a las que los colonizadores españoles llamaron "Nueva Galicia" y que se mantuvo aislada del resto del Chile durante siglos desarrollando una cultura diferente que se manifiesta por un acento regional característico mezcla de palabras mapudungun y arcaismos españoles, por una arquitectura en madera muy bella con palafitos y fachadas revestidas de láminas de madera en vivos colores , por una gastronomía muy marinera y por una mitología riquísima en la que aparecen gnomos, barcos fantasmas, ninfas y serpientes gigantes.

Un lugar que rebosa de toda la autenticidad de la que adolecían las elegantes y franquiciadas villas turísticas que habíamos visitado previamente.


Tejuelas de alerce recubren las fachadas de las casas chilotas
De Cases Chiloé



Esti, Aitortxu y yo nos sentimos muy a gusto en Chiloé recorriendo sosegadamente su geografía en pequeños buses abarrotados de gente y caminando por sus calles llenas de vida y sus bien conservados espacios naturales.

Aunque no hubiera montañas. 




13.9.12

Volcán Osorno. Esquiar en una postcard


Si hay una imagen que define a la perfección la estética belleza de los volcanes de esta tierra es, sin duda alguna, la esbelta silueta del Volcán Osorno alzándose sobre las aguas azuladas del Lago Llanquihue


 
Esta es la postal que cualquier turista envía a su casa cuando viaja por estas tierras. Al esquiar en este cono perfecto realizando un giro tras otro con el lago a nuestros pies estás deslizándote sobre el icono más característico de la región de Los Lagos.

Después de bajar del Volcán Lanín y abandonar Pucón camino del Sur nos desplazamos a Puerto Varas, nuestro "campo base" para intentar ascender al Volcán Osorno. 

Puerto Varas es una elegante villa turística a orillas del Lago Llanquihue en la que aún se aprecia claramente la herencia de su fundación por colonos alemanes hacia el 1850. Casas de arquitectura típica alemana, mucho orden y limpieza, coches de gran cilindrada y hasta los elevados precios denotan que el carácter teutón impregna la vida de esta idílica ciudad de vacaciones.

El Volcán Osorno, como muchos de la zona, tiene una pequeña estación de esquí en su base, lo que hace más sencillo el acceso a la montaña, al mismo tiempo que le añade cicatrices y resta tranquilidad.

Ésta nos dejó un sabor agridulce. No pudimos alcanzar la cumbre porque la dureza del hielo en los metros finales y nuestro escaso material hacían bastante peligroso progresar entre las "coliflores heladas" de la antecumbre pero el descenso con esquís fue magnífico.

Al atardecer desde La Costanera de Puerto Varas mientras miro al volcán pienso que con seguridad algún día volveré...


10.9.12

Volcán Lanín. La Roca Muerta


"Windguru" nos había augurado una ventana de dos días para mediados de semana así que dejamos Osorno y volvimos a Pucón para tratar de alcanzar la cima del Volcán Lanín.

Los mapuches lo llamaron Lanín que significa "Roca Muerta". Y realmente es una gigantesca roca que sobrepasa y empequeñece en más de mil metros al resto de cimas de la región.

En esta época invernal y cubierta de nieve se convierte en una vertiginosa y brutal esquiada de más de 2.600 metros de desnivel.

Nosotros ascendimos en dos días por la ruta argentina pernoctando en un pequeño refugio vivac del ejército argentino llamado RIM. Un balcón espléndido colgado a 2.315 metros donde el anochecer nos ofreció un espectáculo grandioso.

No me gustan las fronteras: Odio los trámites burocráticos, las caras inexpresivas de los funcionarios, los edificios frios e impersonales, las banderas ondeando, las preguntas estúpidas, las miradas inquisidoras, ... esa fue la única parte desagradable de la ascensión ya que tuvimos que salir de Chile, atravesar la frontera andando y adentrarnos escasamente dos kilómetros en territorio argentino para acceder a la ruta normal de la montaña. Sientes que intentan poner cadenas a la sensación de libertad que siempre busqué en las montañas.

Pero cuando comienzas a ascender y los funcionarios grises se quedan abajo en el valle, todo se vuelve luminoso. En las montañas se eliminan las barreras que la sociedad nos impone en el valle. Las clases sociales se difuminan y valores como la solidaridad, el compañerismo y la confianza se afianzan.

Desde la cumbre, satisfechos y felices miramos a nuestro alrededor y sentimos la fuerza de la naturaleza en todo su esplendor.

Y nosotros formando parte de ella.

7.9.12

Volcán Casablanca. La Joya del Sol


Nuestra vida en Chile se mueve al ritmo que marcan las previsiones meteorológicas. "Windguru", "Mountain Forecast", "yr.no", "meteoexploration", ... son los nombres de las webs que rigen nuestro destino inmediato.

Si dan buen tiempo nos preparamos para ascender alguna montaña y en caso contrario nos dedicamos a otras actividades más lúdicas y menos físicas: pasear, visitar los mercados, degustar la gastronomía local, etc...

Las regiones de La Araucanía y Los Lagos tienen una altísima pluviosidad. Las lluvias provenientes del Pacífico descargan con toda su fuerza sobre ellas al chocar contra la Cordillera de los Andes. Los días de buen tiempo escasean, por eso son tan valiosos. Vamos.... que estoy como en casa.

La siguiente ventana de buen tiempo era de un solo día por lo que decidimos desplazarnos hasta la ciudad de Osorno para intentar ascender el sencillo Volcán Casablanca. Un colosal mirador con impresionantes vistas desde su cumbre. 

Mientras aguardábamos la llegada del sol paseamos por la desvencijada y vetusta Osorno y caminamos por la bravía costa del Pacífico.

Al Volcán Casablanca lo llaman los mapuches "Antillanca" que significa "Joyas del Sol", y ese es el nombre que ha adoptado la pequeña y elitista estación de esquí que se encuentra en la base de la montaña en la que únicamente te encuentras esquiando chilenos blancos como la nieve en un país abrumadoramente de tez oscura.

El día señalado la esquiada fue espléndida y la vista desde la cumbre excelsa con el Tronador, Puyehue, Puntiagudo, Osorno, Lanín,...en todo su esplendor.

4.9.12

Volcán Villarrica. Esquiar en la Casa del Diablo


En el idioma mapudungun, la lengua de los mapuches, el orgulloso pueblo amerindio que habita al sur del río Bio-bio al que los españoles no pudieron sojuzgar y que hoy en día sigue resistiendo frente al implacable proceso de aculturación y expropiación de tierras por parte del estado chileno, al Volcán Villarrica lo llaman Rucapillán: La Casa del Demonio.

Y ciertamente que el demonio habitaría en un paraje así: Un impresionante y perfecto cono volcánico que amenazante arroja continuas fumarolas al cielo, cubierto por un impoluto manto blanco que contrasta con el verdor intenso del frondoso paisaje de La Araucanía.

La paradoja es que para un esquiador de montaña un lugar así sería más bien el cielo. La perfección hecha montaña. Más de 1.600 metros de desnivel de amplias laderas cargadas de nieve en la que realizar giros hasta el agotamiento dominando el exuberante paisaje que se extiende a nuestros pies: bosques, lagos, praderías y montañas por doquier.

Tras un agotador viaje de dos días en el que cené en Barajas, desayuné en Ezeiza recien llegado a Buenos Aires, almorcé en Aeroparque frente al río de La Plata y cené en Santiago de Chile, llegué puntual a mi cita de madrugada con Aitor y Esti en la villa de Pucón, al pie del Lago Villarrica, en la región chilena de la Araucanía.

Pucón es una agradable villa turística especializada en multiaventura. Uno de los centros más importantes de Sudamérica. En temporada alta se abarrota de turistas buscando emociones fuertes en el volcán y el lago.

Ahora no lo es y la tranquilidad que solemos buscar inunda sus calles. Una quietud que nos permite ascender al Volcán casi sin gente, pasear por la ciudad sin agobios y disfrutar de las termas en exclusividad. Solamente una pequeña estación de esquí en la falda del volcán y algunos viajeros recorriendo Chile rompen la quietud del lugar.


Nuestros días en Pucón transcurrieron gratamente, pero nuestra estancia toca a su fin y es hora de volver a ponerse en marcha.

Otro hermoso volcán nos espera ....