25.2.13

La Rapaona


El invierno está siendo de lo más prolífico. La abundancia de nieve nos está permitiendo descensos estupendos de montes que los años pasados resultaban imposibles de esquiar.

Uno de ellos es La Rapaona en el lado leonés del Puerto San Isidro, junto a la aldea de Isoba.

Su sonoro nombre siempre me había llamado la atención, pero debido a su orientación sur la mayor parte de los años no tiene suficiente nieve.

Este sábado las caras norte no estaban muy esquiables. La lluvia de días anteriores al arroyar había formado unos incómodos surcos en la nieve que la helada de la noche endureció y hacía bastante complicado girar con elegancia.

Nando, Luque, Manolo, Ana y yo decidimos escoger una ladera sur soleada en la que la nieve primavera nos permitiera mover bien la nieve y disfrutar con los giros.

Y nos acordamos de La Rapaona. Su amplia y larga cumbre ofrece varias lineas de descenso muy atractivas.

 Y este radiante día vaya si disfrutamos de los descensos...









































                                                                                     





21.2.13

Brañacaballo


Tras la tempestad llegó la calma. Cami y yo decidimos esquiar algún monte sencillo donde el riesgo de aludes se minimizara.

Nos acercamos al pueblo leonés de Camplongo cercano al Puertu Payares. Desde sus 1.260 metros de altura foqueamos hasta la cumbre del Brañacaballo. Esta cumbre de 2.182 metros es la predominante de este sector de la Cordillera Cantábrica.

Su amplia y redondeada cumbre nos proporciona un tranquilo y largo descenso cercano a los 1.000 metros de desnivel en los que se alternan la nieve dura, los sastrugis, la nieve primavera e incluso la nieve pesada.

Largo y variado fue el descenso al igual que la comida que nos metimos en Casa Ezequiel tras quitarnos las botas y  guardar los esquíes. Uno de nuestros memorables templos de la fartura.

Y así, felices como perdices retornamos al hogar con una indisimulable sensación de bienestar que se reflejaba en nuestros rostros resplandecientes.















19.2.13

L'Angliru


Me inicié en el montañismo caminando por la Sierra del Aramu. Abruptos montes en torno a los 1.700 metros de altura muy cercanos a la capital, Uviéu

De niños tomábamos el bus hasta Riosa y desde allí remontábamos la carretera hasta la aldea de Grandiella y  seguíamos ascendiendo por los senderos que pastores y ganado utilizaban para llegar hasta las brañas y las cumbres de la Sierra.

Años después se abrió una carretera que alcanzaba el corazón del Aramu para dar servicio a las ganaderos y facilitar su acceso a las praderías de estío.

Con el tiempo esa carretera se mitificó como uno de los puertos de montaña más duros del ciclismo mundial. Y se bautizó con el nombre tradicional de esas praderías: L'Angliru.

Actualmente apenas recorro estas bellas montañas. Solamente cuando la cota de nieve se desploma y una copiosa nevada cubre la geografía asturiana me acerco con los esquíes.

Ana y yo estacionamos el vehículo donde la carretera se vuelve intransitable y comenzamos a foquear por estas laderas norte que los días fríos del invierno conservan una nieve de gran calidad.

Los descensos por estas empinadas laderas hundiéndonos en la nieve profunda y emergiendo de ella entre acebos, espineras y hayas mientras avistamos frente a nosotros, casi al alcance de la mano, las construcciones de la capital de Asturies e incluso más al fondo el Mar Cantábrico, son siempre emocionantes y excitantes.