27.10.13

Road Trip


Recorrer la Patagonia en auto atravesando su indómita geografía es una sensación emocionante. Año tras año vuelvo a esta tierra única, intentando conocerla más profundamente.

Este año, Mandi y yo, recorrimos en su Renault Kangoo el tramo norte de la mítica Carretera Austral, que atraviesa la Patagonia chilena septentrional.

La Carretera Austral o Ruta 7, comienza en la ciudad de Puerto Montt y finaliza en Villa O'Higgins, tras recorrer 1.200 kilómetros de impactante y desbordante naturaleza. Es una gigantesca obra de ingeniería que los chilenos, con enorme tesón, construyeron para comunicar las zonas más aisladas y deshabitadas del país. Difícil de mantener y de transitar, constituye una dura prueba para los amortiguadores de los autos, la pericia de los conductores, y los riñones de los pasajeros.





Entre Puerto Montt y Chaitén la ruta aún no tiene continuidad, por lo que se hace necesario tomar tres ferries para enlazar los diferentes tramos de ruta terrestre. En la parte más angosta de Chile, la carretera se abre paso por la selva, encajada entre las altas cumbres andinas y los fiordos de un mar siempre bravío. De la intrincada selva valdiviana emergen multitud de volcanes, de los que cuelgan enormes glaciares. Hay cascadas por doquier, ríos de caudal desbocado, lagos de aguas cristalinas, milenarios bosques de alerces, playas de fina arena volcánica, termas cálidas y acogedoras.

Esta tierra es tan poderosa que te contagia toda su fuerza, su vitalidad, su energía.




Volcán Hornopirén

Fiordo Largo

Fiordo Quintupeu




Caleta Gonzalo





Playa Santa Bárbara y Cerro Vilcún







Parque Nacional Queulat




Puerto Puyuhuapi


Volcán Michinmahuida


Volcán Melimoyu




















Volcán Corcovado



3.10.13

Esquí chalteniense


Esquiar en el Sur de la Patagonia es una experiencia realmente apasionante.

Es un territorio escasamente poblado, en el que los acercamientos a las montañas se convierten en todo un reto. El asfalto no existe y las pistas son muy escasas. Todo el terreno, fuera del Parque Nacional de los Glaciares, incluyendo lagos, montañas y glaciares tienen propietario, con lo que los accesos son complicados.

En El Chaltén no hay señal de teléfono móvil, ni helicópteros de rescate, y ante cualquier contingencia dependes totalmente de tus compañeros. El equipo de rescate lo conforman los propios andinistas de la zona sin más medios que su infatigable tesón y solidaridad.

Las esquiadas, incluso las más sencillas, son poderosas. 

Allí un pequeño grupo de fanáticos esquiadores chaltenienses, fuertes y motivados, me revelaron los fabulosos tesoros que guardan.

Atravesando, con los esquíes en la mochila, bosques incólumes sin rastro de presencia humana, accedemos a  cerros de nombres sonoros: Loma del Pliegue Tumbado, Loma del Diablo, El Mosquito, Vespignani, Cerro Eléctrico, Cerro Madsen, Gorra Blanca, Loma de las Pizarras, ...

En el reino de los huemules y los pumas esquiar proporciona las satisfacciones más intensas que pueda imaginar.