Un fuerte viento sur ulula impetuoso en el exterior de la casa. Mientras la naturaleza me recuerda su enorme fuerza, resguardado junto a la chimenea y delante del teclado escribo estas letras disfrutando de una gratificante sensación de placidez.
Estos últimos días del otoño continúo, paso a paso, con constancia y paciencia, fortaleciendo mi nueva y tierna rodilla y mi vieja y dura cabeza.
No me veo todavía capacitado para volver a telemarkear montañas nevadas, entretanto ese tiempo no retorne subo cotidianamente rodeado de buenos amigos a mis vecinas estaciones de esquí de Payares, San Isidro y Fuentes de Invierno con mis pequeñas, manejables y gastadas tablas skitrab, mi aparatosa rodillera y mucha precaución, a recorrer foqueando sus pistas vacías los días previos al comienzo oficial de la temporada de esquí.
No soy el de antes, ni falta que hace, pero deslizándome, lento y torpe, sobre la nieve con el viento golpeándome la cara y mi corazón latiendo frenético, evidencio que "felicidad" es un concepto que define plenamente mi actual estado de ánimo.
Esos trazos en la nieve...son escaleras al cielo...¡Bien lo sabes!...el resto todo llega, hay que saber esperar y estar ahí...
ResponderEliminarFuerza!!!