31.1.10

Sin rumbo fijo.


Nunca me sentí muy capaz de organizar planes a largo plazo o seguir una rutina. Me gusta improvisar y suelo dejarme llevar por mis sensaciones como una hoja a la que el viento mueve.

Un jueves cualquiera en la oficina consulté la previsión meteorológica y auguraban un viernes despejado tras varios días de mal tiempo, así que como hago a menudo quedé con los colegas para una foqueada matutina por las montañas cercanas a mi casa.

Estando en mis queridas montañas disfrutando de las soberbias vistas que hay desde el Picu Celleros y de unas sensaciones espléndidas con mis K2 Extreme de telemark, cambié los planes y para redondear el día decidí no ir a currar, seguir esquiando hasta la tarde y después comer unas tapas de potente embutido leonés en Busdongo con Vitor, Javi y Cami.

Gozar de los placeres de la vida y de la exaltación de la amistad.

Con el estado de euforia en que me encontraba, tras el chorizo, el jamón, el queso y el vinín, en un arrebato decidí tras un día alucinante subirme en el coche e irme hasta el Pirineo Aragonés aceptando la invitación a un curso de esquí de montaña de la Arabako Goi Mendi Eskola que organizaba mi amigo Aitor.

Pasé un fin de semana radiante junto a buenos amigos de Gasteiz haciendo esquí de travesía en la zona del Portalet y Panticosa. Y como siempre que me junto con mi "hermano" Aitortxu esbozando futuros proyectos que mantienen viva esa "llama de la pasión viajera" que nos consume.

El estado eufórico seguía incrementándose, así que el domingo me despedí de los colegas euskaldunes y decidí, en vez de volverme a Asturies, continuar telemarkeando por los Pirineos e ir a visitar a mi gente del valle de Benasque, uno de mis lugares mágicos, donde puedo decir que estoy como en mi hogar.

Y así transcurrió la semana entre giros telemarkeros, carnes a la brasa, vinos del somontano, cigarrillos de liar y gratificantes conversaciones con amigos auténticos.





Un viernes cualquiera salí de mi casa a foquear unas horas antes de ir a trabajar...

...y volví a casa diez días después con las piernas exhaustas y una enorme sonrisa en mi rostro quemado por el sol.

14.1.10

Volando alto y lejos.


Estos lluviosos, fríos y cortos días de Enero son propicios para que mi mente se ponga a trabajar pensando en algún viaje más o menos próximo que me quite mi creciente ansiedad por tomar un avión e irme lejos.

Mientras camino por las aceras de Uviéu, rodeado de caras tristes que asoman por debajo de los paraguas, mi mente vuela alto y lejos imaginando un lugar donde esquiar montañas de nombres difícilmente pronunciables, donde conocer culturas absolutamente diferentes a la nuestra y donde, en definitiva, continuar viviendo intensamente...




... y viendo estas imágenes ¡soñar es tan sencillo!.

1.1.10

Genuflexiones.

(Del lat. tardío genuflexĭo, -ōnis).

1. f. Acción y efecto de doblar la rodilla, bajándola hacia el suelo, ordinariamente en señal de reverencia.