Normalmente me gusta ascender cumbres sin ir demasiado acelerado. Parando a gozar del paisaje, observando los relieves, sentándome de vez en cuando a beber, comer y conversar con los colegas.
Pero en otras ocasiones siento la necesidad de ir tan rápido como soy capaz. Subir al límite de mi resistencia hasta llegar a la cumbre. Coger resuello mientras fugazmente disfruto de las vistas y volver a bajar con la misma intensidad hasta el coche.
El sábado fue uno de esos días en los que Vitor y yo lo dimos todo. Fuimos al Macizo d'Ubiña para ascender a la cumbre de Los Fontanes (2.414 m) desde la aldea de Tuiza Riba (1.230 m).
Subimos raudos entre jirones de nube, atravesando jardines salvajes, asomándonos a fantásticos balcones, sintiendo a cada paso los desbocados latidos de nuestro satisfecho corazón.
1 comentario:
Disfrutando de vida a tope.Como siempre con buenos amigos. Saludos Duba.
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