La silueta inconfundible del Cerro Torre y el Cerro Fitz Roy anticipan la inminencia del hogar.
La carretera serpentea a través de la estepa patagónica, hasta darse de bruces con esta muralla rocosa, fantástica y casi irreal.
A 12.000 kilómetros de Asturies, allá en el último confín de la Tierra, me aguarda la calidez del lar.
Ya llegué al Chaltén.
4 comentarios:
Se me encoge el corazón...
Ooohh!
Bonitas imágenes y bellas montañas. Bellos recuerdos de días vividos en la Patagonia y en cimas volcánicas nevadas en la Araucania americana entre amigos/as.
Disfrutatu !
Karlos.
Kaixo Karlos!!!
Qué buenos recuerdos de nuestro viaje del año pasado!!!
Seguro que compartiremos algún otro muy pronto.
Abrazos
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