25.8.08

Esquiando en el Techo de Europa.


Primavera del 2004. Una nueva escapada para disfrutar de la sensación de libertad que nos ofrecen unas tablas de esquí deslizándonos por la ladera de una hermosa montaña nos lleva hasta Rusia.

En el Caúcaso ruso, concretamente en la República Autónoma de Kabardino-Balkaria junto a la frontera con Georgia, se ubica la montaña más alta de Europa: el monte Elbruz (5.642 metros). Un hermoso volcán que los balkares llaman Mangitau,"el monte por encima de miles de montañas".

Y, ciertamente, ese nombre le hace justicia porque el Elbruz se eleva majestuoso casi mil metros por encima de las demás cimas que forman la agreste y salvaje Cordillera del Caúcaso, frontera natural entre Europa y Asia.

Aprovechamos el viaje para hacer una obligada parada en Moscú y visitar La Plaza Roja, el Kremlin,el Mausoleo de Vladímir Ilich Uliánov, el Metro (al que llaman "El palacio subterráneo") y ver el solemne cambio de guardia en el monumento a los caídos en la "Gran Guerra Patria". Y es que en la vida no todo consiste en subir y bajar montañas....

De Moscú tomamos otro vuelo que nos llevó a Mineral'nye Vody, postsovietica y decadente ciudad del sur de Rusia donde nos esperaba nuestro guía de la compañía CET NEVA Ivan Moshnikov. Perfecto e indispensable anfitrión en una zona en la que casi nadie hablaba inglés y que estaba, visto por nuestros occidentales ojos, demasiado militarizada, aunque en ningún momento sentimos inseguridad y es que el que más miedo metía era nuestro propio chofer balkar.

En furgoneta proseguimos adentrándonos en Kabardino-Balkaria hasta el valle de Adyrsu, frontera con Georgia y perfecto lugar para aclimatar y sobre todo esquiar como psicópatas por unas interminables palas cargadísimas de nieve virgen.

El tiempo inestable que sufrimos los días de aclimatación fueron una bendición para nuestra posterior subida al Monte Elbruz ya que encontramos la montaña en unas condiciones apoteósicas: día despejado y nieve polvo desde la cumbre hasta el pueblo de Cheget. ¡Brutal!

Pero como se dice que una imagen vale más que mil palabras aquí aporto unas cuantas fotografías que desearía fueran capaces de expresar, aunque fuera en una pequeña proporción, la pasión que sentimos cuando viajamos... la sobredosis de vida que nos inyecta un viaje tan intenso...


18.8.08

Urriellu



Otra vez más volví a subir a Urriellu. Esta vez me acompaña Aitor. Siempre me digo que no voy a volver, que hay demasiada gente, que durante el verano aquello se pone imposible...

...pero finalmente vuelvo una y otra vez, siempre vuelvo.

Supongo que será la atracción irresistible de esa mágica, majestuosa y casi irreal cima.




Pero no sólo es eso, hay también algo mucho más intenso y atrayente: la amistad de unas personas maravillosas que viven en el otro extremo del mundo y de las que siempre estoy aprendiendo. Mis queridos amigos patagónicos me enseñan el valor de la amistad, del compañerismo, junto a ellos disfruto de la intensidad de una buena charla en el más incomparable marco que se pueda llegar a concebir.




Y luego está el magnetismo que irradia la cumbre. Llegar a la cima del Picu y no dejar nunca de asombrarse de semejante belleza. No importa las veces que hayas estado, ni la vía por la que hayas subido, la sensación de placer que sientes mientras observas todo el paisaje a tus pies es indescriptible.




Como dijo Gaston Rébuffat "El alpinista es quién conduce su cuerpo allá dónde un día sus ojos lo soñaron" y hollar la cumbre del Picu Urriellu es el sueño de todo escalador.


Cara Norte


Desde el Colláu Pandébanu la subida hasta la Vega Urriellu no se hace demasiado larga a pesar de llevar las enormes mochilas repletas de material de escalada, algo de comida y la tienda para permanecer en la Vega cerca de una semana trepando.



Subimos con la idea de hacer tres vías bellísimas: Vuelo del Dragón saliendo por la Nani (MD Sup) en la cara Este, Sagitario (ED Inf) en la Oeste y Pidal-Cainejo (D) en la Norte.

Los días son espléndidos, los cielos están totalmente despejados y siempre está presente un bucólico mar de nubes a nuestros pies bajo el cuál se esconde, como si de otra dimensión se tratase, el Planeta Axturias.



Comenzamos por la cara Este. El Vuelo del Dragón es una preciosa vía que en cuatro largos bastante mantenidos recorre la parte izquierda de la pared continuando después por la vía Nani . En total salen 8 bellísimos largos que nos dejan encima del anfiteatro de la cara sur. Rapelamos hasta alcanzar el primero de los rápeles de la Teógenes y de ahí al suelo evitando las típicas aglomeraciones de la Cara Sur.

En esta vía a Aitor y a mí se nos unió Juan Aguada, futuro guía del Chaltén y amigo de mi hermano Falcone, y en consecuencia también amigo mío. Al ser tres fuimos un poco más lentos pero lo pasamos genial con nuestro compañero patagónico.


Cara Este

El segundo día de escalada decidimos hacer la Sagitario que recorre la parte derecha de la cara Oeste. Esta joya alcanza los Tiros de Torca en siete largos a cuál más hermoso. Tiene las reuniones rapelables y el equipamiento es moderno, aunque como siempre en el Picu los paraboles no se caracterizan por su abundancia.


Cara Oeste


El siguiente día decidimos descansar y nos dedicamos a disfrutar del placer de una buena lectura, tomar el sol, conversar con los amigos, tal vez fumar un pitín de esos que lia Sofi, beber una cerveza helada de las que solamente Chipo sería capaz de preparar, etc, etc....resumiendo:
un perfecto día de relax.



Al otro día nos fuimos a una vía épica que todo escalador debería realizar. El 5 de Agosto de 1904 Pedro Pidal Marqués de Villaviciosa y Gregorio Pérez "El Cainejo" superan la chimenea de la cara norte y alcanzan la cumbre del Picu dando comienzo a la historia de la escalada moderna en España.

Todavía hoy en día es una vía que a mí me impresiona por su verticalidad, por su compromiso y por su belleza. Alucino pensando en como tuvieron que vivirlo los pioneros cuando subieron y después ¡bajaron! por la misma vía.

Y tenía muchísimas ganas de que la hiciera conmigo Aitortxu ... ese auténtico cainejo euskaldun.



En fin, fueron unos días para gozar de la escalada, de la amistad y de los paisajes de esta bendita tierra asturiana. Besos y abrazos para Mandi, Sofi, Chipo, Fer, Laura, Juan, Iker, .... y a todos los demás amigos con los que coincidimos en la Vega.
Vuestra compañía fue todo un placer.
Ahí van unas fotos......