4.12.09

Afilados y encerados.


El Miércoles 2 de Diciembre en el Brañiḷḷín, en la Estación de Esquí de Valgrande-Payares , todavía no habían podido arrancar los remontes para dar comienzo a la temporada de esquí de pista.

No hay nieve suficiente para soportar la avalancha de esquiadores de pista y snowborders que abarrotarían la estación este puente si estuviera abierta.




A pesar de que en toda la Cordillera Cantábrica la nieve está tan escasa que no permite hacer esquí de travesía, en Payares como la pisaron y debieron de fabricar algo de nieve extra con los cañones, al menos había la nieve justa para quitar la ansiedad de las primeras bajadas de la temporada.


Esquiadores de pista no había ninguno, pero esquiadores de montaña los había por todas partes. "Okupamos" la estación. Se veía que había ganas y motivación. No hice más que saludar a amigos y conocidos mientras lo daba todo arrastrando mis tocho-esquís de telemark por el Valle del Sol.



Con los esquís bien afilados y encerados empecé a dar mis primeros giros telemarkianos por las pistas payariegas con una sensación agradable y tranquila porque parecía que era ayer mismo cuando hacia mi sucesión de genuflexiones por las montañas patagónicas. ¡Que buenos recuerdos!

Y sigo feliz de estar viviendo todo este año instalado en un permanente invierno.