26.2.12

Una mañana cualquiera.



Me levanto con parsimonia, el café recién hecho impregna toda la casa con su intenso olor  y yo, todavía con un solo ojo abierto, arranco el ordenador y miro en la webcam como anda el tiempo por la cordillera.

Hoy amaneció un radiante día invernal. Y no trabajo hasta la tarde.....

Me espabilo súbitamente, agarro el equipo de esquí de travesía, lo meto en el coche y me  acerco hasta las espléndidas montañas que se encuentran próximas a mi casa para gozar de alguna bajada elegante.




 







Por ser algo habitual, casi rutinario, creo que a menudo no soy consciente de la enorme fortuna que tengo al poder deleitarme con un descenso apoteósico desde una hermosa cumbre, un día cualquiera, de una semana cualquiera, de esta vida que procuro vivir con la mayor intensidad posible.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo creo que sí eres consciente,y mucho, de esa que consideras "tu fortuna".
Un saludo

Duba dijo...

Anónimo...toda mi vida he sido un inconsciente...

Anónimo dijo...

Nadie mejor que tú para saber gran parte de cómo eres. Saliste corriendo a disfrutar de la nieve, y desde que te leo, de la naturaleza, la vida. No hay mejor "inconsciencia" entonces, que la de vivir haciendo lo que uno siente que le llena el alma. Gracias por compartir las imágenes y la experiencia.
Saludos

Duba dijo...

Saludos. Gracias por tus palabras que comparto plenamente.