17.11.13

Parque Pumalín


Parque y Proyecto Pumal�n Cuando el millonario estadounidense Douglas Thompkins compró una enorme extensión de tierra en la parte más inhóspita de la Patagonia chilena, tanto los habitantes como las autoridades sospecharon de las oscuras intenciones de un gringo que prometió conservar esas salvajes tierras en su estado primigenio.

¿Cómo alguien podía comprar una franja de terreno selvático rico en agua y masa forestal, que abarcaba desde el Pacífico hasta la frontera argentina, si no era para explotar sus riquezas, poniendo en riesgo la soberanía chilena en la zona?.

Pero Thompkins, un altruista obsesionado con la protección de la naturaleza y enamorado de Patagonia desde adolescente, cumplió su palabra y creó el más bello Parque Natural que he visto en mi vida.

Thompkins, un escalador reconvertido en empresario de éxito con la creación de las marcas The North Face y Esprit, vendió sus empresas y con las enormes ganancias obtenidas se dedica a comprar tierras a lo largo y ancho de la Patagonia, con la intención de proteger estas tierras de especuladores, que sólo pretenden la explotación masiva de sus recursos naturales.

Pumalín es un espacio protegido de enorme valor ecológico. 290.000 hectáreas de bosque templado húmedo, que en Chile denominan Selva Valdiviana.

Su árbol más emblemático, el altivo y longevo alerce, llamado por los mapuches lahuan, encuentra aquí uno de sus últimos reductos.

El denso bosque, prácticamente impenetrable, abarca desde el mar hasta las altas cumbres andinas. Los conos perfectos de los volcanes emergen, altivos, del bosque, entre lagos prístinos y ruidosas cascadas.

Todo el parque está diseñado con un gusto exquisito. Las instalaciones: casas de guardaparques, campings, senderos, tiendas, albergues, restaurantes; están construidos siguiendo la estética de la ancestral arquitectura chilote.

Dentro del parque hay fundos -granjas tradicionales chilenas-, que desarrollan una agricultura sostenible y venden sus productos ecológicos en la zona, generando riqueza y siendo respetuosos con el medio ambiente.

Mandi y yo dedicamos varios días a visitar este Santuario de la Naturaleza. Recorrimos los senderos del parque, que a ratos nos sumergían en una vegetación tan frondosa que la luz del sol apenas penetraba a través del denso follaje. Con frecuencia, las sendas nos descubrían cascadas que rugían poderosamente, al tiempo que nos acariciaban con la suave lluvia que arrojaban al aire. Helechos de tamaño descomunal, troncos de árboles totalmente tapizados de musgo de intenso verde, praderías más perfectas que campos de golf, lagos de impecable quietud.

Al partir, nos alejamos de Pumalín abrumados por la exuberancia de este lugar, perdido en lo más recóndito de la Patagonia chilena.















































4 comentarios:

brojos dijo...

Bellas fotos y recuerdos....¡que mala es la envidia que siento!...pero humana al fin y al cabo. Nos vemos

Duba dijo...

Brojos, tú tienes una vida hermosa, no creo que tengas ninguna envidia.
Nos vemos muy pronto.

Xabi dijo...

Espectacular Duba, que ganas de volver algun dia por esas tierras....

Duba dijo...

Xabi...¿el próximo año?....