8.12.13

Paine


Si hay una palabra que encarne a la perfección la esencia de un entorno natural majestuoso, esa es, sin duda, Torres del Paine.

En el año 1557 el navegante español Juan Ladrillero, en su búsqueda de la entrada occidental del Estrecho de Magallanes, llegó, extenuado, a un fiordo del Pacífico que bautizó como Seno Última Esperanza.  

En ese lugar de poético y explícito nombre, se sitúa hoy en día la ciudad de Puerto Natales, puerta de entrada al que se considera el mejor Parque Nacional de Sudamérica.

Una ciudad agradable que vive de los miles de turistas que cada año viajan hasta allá para conocer tan emblemático lugar.

El Parque es un modelo de perfecta organización, excesiva para mi gusto. Consta de una red de carreteras que lo circunvalan e incluso atraviesan, para que los turistas puedan visitarlo sin apenas esfuerzo, contratando los tours motorizados que ofertan las agencias.

Y para aquellos que quieran conocerlo caminando, más profundamente y con más esfuerzo, hay recorridos de varios días con alojamientos que abarcan la gama completa: desde campings hasta hoteles de lujo. 

Eso sí, en un lugar tan frecuentado hay multitud de normas y tarifas de obligado cumplimiento. Reglas tal vez indispensables, cuando un paraje se hace tan famoso que todo tipo de turistas acuden en masa a un ecosistema tan frágil.

Pero la majestuosidad del paisaje obvia cualquier inconveniente: Torres del Paine, Los Cuernos, los glaciares y los lagos.




































3 comentarios:

brojos dijo...

Dios mío que tapias tan esculpidas, pero no vi muchos senos...
Explícitamente hablando

Duba dijo...

Viste Brojos que montañones....

El diccionario de la RAE dice en acepción 11. m. Geogr. golfo (‖ porción de mar que se interna en la tierra).
A esa me refería.

Anónimo dijo...

Vaya guapo chaval...!!no sabes la suerte que tienes de poder andar por ahí a menudo,...o,..si lo sabes?..jeje
Un abrazo

Nando