El mes de Noviembre suele ser un periodo de transición entre la temporada de escalada en roca y la llegada de la actividad invernal.
Los días cortos y habitualmente lluviosos no animan demasiado, así que este año decidimos irnos a escalar en latitudes más benignas.
Kálymnos es una isla griega del archipiélago del Dodecaneso, cercana a la costa turca. De pequeñas dimensiones, con una geografía muy abrupta, tiene espectaculares paredes de extraordinaria roca caliza por todas partes. Muy famosa por sus enormes desplomes repletos de chorreras, también abundan las placas verticales de hueveras de gran calidad y perfecto equipamiento.
Realmente es un auténtico paraíso para la escalada deportiva: clima benigno, más de 2.700 vías de escalada equipadas, pueblos con encanto, precios asequibles, gente afable y buena gastronomía.
Edu, Silvia, Ramón y yo disfrutamos intensamente escalando, bañándonos, comiendo, bebiendo, charlando y paseando. Puro hedonismo.
Y por supuesto en mi primera visita a Grecia no podíamos irnos sin visitar Atenas, con una emocionante visita a la Acrópolis ateniense, cuna de nuestra civilización, origen de nuestra identidad.
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