6.12.10

Deslizándome.


Un fuerte viento sur ulula impetuoso en el exterior de la casa.  Mientras la naturaleza me recuerda su enorme fuerza,  resguardado junto a la chimenea y delante del teclado escribo estas letras disfrutando de una gratificante sensación de placidez.

Estos últimos días del otoño continúo, paso a paso, con constancia y paciencia, fortaleciendo mi nueva y tierna rodilla y mi vieja y dura cabeza.

No me veo todavía capacitado para volver a telemarkear montañas nevadas, entretanto ese tiempo no retorne subo cotidianamente rodeado de buenos amigos a mis vecinas estaciones de esquí de Payares, San Isidro y Fuentes de Invierno con mis pequeñas, manejables y gastadas tablas skitrab, mi aparatosa rodillera y mucha precaución, a recorrer foqueando sus pistas vacías los días previos al comienzo oficial de la temporada de esquí.

No soy el de antes, ni falta que hace, pero deslizándome, lento y torpe, sobre la nieve con el viento golpeándome la cara y mi corazón latiendo frenético, evidencio que "felicidad" es un concepto que define plenamente mi actual estado de ánimo. 




1 comentario:

brojos dijo...

Esos trazos en la nieve...son escaleras al cielo...¡Bien lo sabes!...el resto todo llega, hay que saber esperar y estar ahí...
Fuerza!!!