1.4.12

Crónicas Búlgaras. Las Montañas Rila.


Nuestra pertinaz búsqueda de montañas desconocidas y con un halo de exotismo, para descenderlas con esquíes, nos llevó en esta ocasión hasta la Península Balcánica.

Habíamos oído hablar vagamente de unas montañas bellas, poderosas y  habitualmente cargadas de nieve que respondían al nombre de Montes Rila y Montes Pirin.




En el extremo suroeste del hermoso país de los búlgaros. Cerca de las fronteras de Macedonia y Grecia.

Y a su encuentro viajamos hasta los confines sudorientales de Europa Oier,Carlos, Xabi, Aitor y Duba.

Los búlgaros son un pueblo noble y orgulloso de sus tradiciones, que supieron mantener a través de siglos de luchas y dominación extranjera. A pesar de la dificultad para entendernos por el idioma y el uso de un alfabeto cirílico ilegible para nosotros, he sentido una sensación de gran cercanía con un pueblo que come, bebe, se ríe, charla e incluso toca la gaita como nosotros.

Un pueblo apegado a la tierra, como nosotros.

un país con una atmósfera un tanto decadente y melancólica, como nosotros.

Al igual que nosotros, europeos de la periferia.

En el aeropuerto de Sofía nos recogieron Martín y Marín, nuestros guía de montaña y chofer respectivamente. Después de una semana de convivencia, nuestros amigos.

Nos trasladamos directamente a las Montañas Rila, donde en tres intensos días de actividad ascendimos, para luego descender esquiando, las emblemáticas cumbres del Musala (2.925 m.), la más alta de toda la Península Balcánica y Malyovitsa (2.729 m.), cuna del alpinismo búlgaro; y descendimos desde la Región de los Siete Lagos con los esquíes al recóndito valle donde se encuentra el Monasterio de Rila, el santuario ortodoxo más importante de Bulgaria, guardián de las tradiciones culturales búlgaras en los largos y oscuros años de la dominación otomana.




A estas alturas del viaje, éste ya se había convertido en un festín para nuestros sentidos: Soberbias cumbres repletas de nieve solo para nosotros, exquisita gastronomía y una cultura rica y exótica.


P.D. Para obtener información técnica sobre el esquí de montaña en Bulgaria el blog de mi compañero Xabier Gatón aporta una información impecable.


3 comentarios:

Xabi dijo...

Impresionante Duba, que forma de describir al pueblo búlgaro y su idiosincrasia, la has clavado, se me saltan las lágrimas de recordar lo bien que lo hemos pasado, abrazos

Anónimo dijo...

Veo que sigues inmortalizando tus viajes como los has vivido y disfrutado. Me alegro por ello y porque nos haces disfrutar a los demás también con tu presencia.
Ya estoy esperando la siguiente toma, la de los Montes PIRIN. Pero antes tomate un respiro y celebra ese día de cumpleaños que tanto te mereces.
Felicidades DUBA Zorionak.
Aitor.

brojos dijo...

Un viaje con amigos a unas montañas como esas, con bailes regionales a la noche regados con destilados locales...es un placer sibarita. Enhorabuena a todos y a ti por la entrada