4.2.13

Pico Lago


Habían transcurrido ya varios inviernos desde la última vez que me acerqué a esquiar al Puertu Tarna.

Es uno de los puertos de montaña más hermosos de la Cordillera Cantábrica. Con el abrupto Macizo del Mampodre del lado leonés y el bucólico bosque de Redes del lado astur este lugar me conmueve por su salvaje y serena belleza.

De entre varias posibilidades sencillas para ascender una cumbre con los esquíes escogimos el Pico Lago.  Una atalaya privilegiada sobre la zona central de la Cordillera desde donde divisamos Ubiña al poniente y Los Picos de Europa y el Espiguete al oriente. Al norte se adivina el mar Cantábrico y al sur lo que a la vista se le antoja otro mar: La Meseta Castellana.

Willy, María, Brojos, Ana, Tamara y yo salimos de Tarna deslizando nuestras tablas en suave ascenso hasta el Puertu Les Señales y proseguimos nuestra ascensión por pendientes algo más fuertes y con una nieve dura que nos animó a poner los crampones para alcanzar la cumbre.
 
El tiempo en la cumbre siempre supone un momento especial. Reponemos fuerzas, compartimos comida, charlamos animadamente y disfrutamos de una visión del mundo prominente, con una intensa sensación de satisfacción.

Y a ese instante siempre mágico para un montañero del disfrute en la cúspide, los esquiadores de travesía le añadimos la fascinación por el vértigo del ulterior descenso.



























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