10.10.08

La primera nevada.



Un débil manto blanco cubrió las cumbres de las montañas astures durante el pasado fin de semana, preludio de próximas y más intensas nevadas que los esquiadores de montaña aguardamos con auténtica impaciencia.




El verano ya es pasado y entre nosotros se ha instalado, con toda su melancólica belleza, el otoño de dorados bosques e intensa luminosidad.



Esta es la estación de los mágicos atardeceres, de los tranquilos paseos por bosques de cuento de hadas, de sentarse frente al fuego en el salón de la casa escuchando una bella canción y con un buen libro entre las manos, de las castañas asadas y la sidra dulce rodeado de familia y amigos...



...pero también de apretar en la roca como un psicópata ahora que la temperatura es idónea y de entrenar duramente corriendo por el monte o descargando adrenalina con la bicicleta de montaña, poniendo las piernas y el corazón a punto para cuando calcemos las botas de esquí .

Que el otoño es propicio para ponerse un poco místico pero sin excesos.



Vamos... que la melancolia otoñal me gusta y atrae, la disfruto intensamente como hay que disfrutar cualquier otra época del año y lo que es más importante:

¡ hay que seguir exprimiendo esta maravillosa vida llena de cambios y de contrastes !

1 comentario:

M.Eugenia dijo...

A medida que leía no se porque pensé en las castañas y cuando vi que tambien estaban me entraron unas ganas terribles de comerme unas cuantas, me pasó lo mismo con el chocolate cuando vi la película de Chocolat. Así que iré a comprar unas cuantas castañas y unas buenas setas para empezar bien el otoño.
Besos