1.11.08

La primera bajada


En el último día del mes de Octubre me levanté temprano, preparé un café que impregnó toda la cocina con su intenso olor y me dispuse a desayunar cuando mirando hacia el sur, tras varios días de vehemente lluvia y frio, por fin en un nítido día se apareció frente a mí el Picu Brañavalera totalmente nevado como sólo ocurre en los mejores días del invierno.

Con nerviosismo rebusqué entre el material y con bastante esfuerzo localicé todo mi equipo de esquí de montaña que tras varios meses de inactividad se escondía en el fondo de las estanterías.

Mientras remontaba la carretera vertiginosa que lleva al Puertu Payares las montañas se manifestaban cada vez más esplendorosas.



El coche me encamina directo al Brañiḷḷín, no hace mucho tiempo una bucólica braña donde mi padre de niño cuidaba el ganado y ahora una estación de esquí denominada Valgrande-Pajares, lugar habitualmente lleno de gente y ruido pero que hoy, todavía cerrada, es un lujo sólo para mí.



Ansioso me calcé las botas de travesía, cuidadosamente coloqué las pieles de foca en las tablas y comencé a deslizarme sobre una magnífica y abundante nieve.


Volví a sentir esas fantásticas sensaciones un poco olvidadas ya: el esfuerzo de la trabajosa subida, el frío en la cara, el vértigo de la bajada,... la montaña mostrándonos su cara más indómita, más agreste, más febril, más viva.





Y así, inusualmente pronto, queda inaugurada la temporada de esquí.

3 comentarios:

M.Eugenia dijo...

Lo sabía ... sabía que esquiarías........ y que nos volverías a poner los dientes largos con esas fotos de las montañas.
Cualquier día nos sorprendes con una foto del Jeti.
Besos.

CRISTINA dijo...

Te dije que las montañas y la nieve no eran lo mío, y leyéndote me da una pena terrible que no lo sean. Es una lástima que no sepa esquiar, ni escalar...leyéndote veo que me pierdo grandes cosas. Me alegro de que tú las disfrutes y las vivas con tanta pasión.

Saludos

Duba dijo...

Muchísimas gracias a las dos por los comentarios. Me alegráis un fin de semana en el que estuve de guardia saturado de los dichosos teléfonos móviles y en el que no dejó de llover ni un instante.
Muchos besos...